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¿Qué es el overclocking?


Riesgos del overclocking

Cómo funciona un micro

Posibilidades para el overclocking

Algunas recomendaciones

¿Cuánto puede overclockearse un micro?

La refrigeración

Refrigeración por software

Un pequeño ejemplo práctico

Conclusión

Página actualizada
el 18/6/2001


Autor:
Juan Herrerías Rey
 

¿Qué es... el microprocesador?


Instalar un microprocesador

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El overclocking del microprocesador



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Ventilador, disipador y célula Peltier para refrigerar el micro overclockeado

Todos los fanáticos de los juegos (¡sí, va por ti!!) nos hemos encontrado alguna vez con la triste realidad de que el mercado informático avanza a una velocidad espeluznante; llega un momento en que ese ordenador que compramos hace tan poco, gastándonos casi todos nuestros ahorros, es insuficiente para correr los juegos de última hornada. En ocasiones es una cuestión que se resolvería con unos pocos MHz más, pero comprar un microprocesador nuevo (lo que en ocasiones además conlleva cambiar la placa base) se nos hace muy cuesta arriba. En ese caso, podemos intentar conseguir esos MHz extra gratis, mediante la práctica del overclocking.

 

¿Qué es el overclocking?

La palabra overclocking hace referencia a subir la velocidad de reloj de algo por encima de la nominal; por ejemplo, hacer funcionar un microprocesador que nos han vendido como "de 300 MHz" a una velocidad de 333 MHz. Evidentemente, esto produce un aumento en las prestaciones, aunque también puede implicar ciertos riesgos relativamente serios para el equipo, especialmente si no sabemos bien qué estamos haciendo.

Muchos se preguntarán cómo es posible esta "magia" de acelerar la velocidad de algo por encima de la teóricamente correcta. El motivo es que todos los aparatos electrónicos se construyen con unos ciertos márgenes de seguridad en cuanto a sus condiciones de trabajo. En el caso concreto de los microprocesadores, que será de quienes trataremos en este artículo, puede afirmarse que en líneas generales todos los microprocesadores de una misma gama se construyen basándose en un diseño idéntico, y sólo posteriormente se clasifican y marcan como de una velocidad determinada.

¿Cómo?!! ¿Que Intel nos engaña? ¿Es que el Pentium MMX de 233 MHz que compré carísimo es idéntico al otro de 166 MHz que vendían? No, tampoco es eso. Sencillamente, aunque esos dos micros comparten un diseño idéntico, Intel nos asegura que el modelo de 233 MHz puede soportar dicha velocidad a la perfección, mientras que no se hace responsable de que el modelo de 166 MHz tolere nada por encima de dicha velocidad. Pero la realidad es que tal vez sea posible que sí soporte más, y en esa posibilidad basaremos nuestros esfuerzos.

 

Riesgos del overclocking

Antes de meternos en faena, vamos a exponer los riesgos; como se suele decir, "el que avisa no es traidor".

La propia naturaleza del overclocking hace que estemos haciendo funcionar unos aparatos, generalmente el micro, por encima de sus especificaciones; esto supone varias cosas:

  • Nadie le asegura que vayan a funcionar (por si acaso, yo soy el primero que no se lo aseguro).
  • Podríamos dañar dichos aparatos.
  • La garantía no cubre este tipo de prácticas.

Uno de los principales problemas radica en que cuando un componente electrónico funciona a una velocidad más alta, produce una cantidad de calor más elevada. Este calor puede dañar al componente de diversas formas, desde acortar su vida útil (por un efecto físico llamado "electromigración") hasta sencillamente freírlo, pasando por el caso más habitual: que funcione, pero no de forma estable. Trataremos este tema más a fondo después.

En cualquier caso, el riesgo es mínimo si se procede con prudencia, siguiendo los pasos con atención y realizando las pruebas poco a poco. Por ejemplo, nada de empezar por un "subidón" de 100 MHz, mejor primero un poco, luego otro poco más, luego otro poco... y entre prueba y prueba, comprobar la estabilidad del sistema, el calor generado, etc.

Y como hemos comentado, la realización de estas prácticas implica la pérdida de la garantía del producto, lo cual es lógico desde el punto de vista del fabricante y para nada censurable; existe mucho loco por ahí suelto que primero fríe el micro de manera inconsciente y luego quiere que le den uno nuevo para seguir jugando. Como en casi todo en la vida, la diferencia entre el éxito y el fracaso radica en saber bien lo que se hace... y en tener un poco de suerte.

 

Cómo funciona un micro

A partir de ahora vamos a centrarnos en las posibilidades que existen para acelerar la velocidad del micro, para lo cual inexcusablemente debemos explicar un poco cómo funcionan estos aparatitos.

Configuración de un micro mediante la BIOS

El microprocesador, también llamado "la CPU", es el cerebro del ordenador. Es el chip más versátil, el que se encarga de la mayor parte de los cálculos y, generalmente, el más rápido. Evidentemente, cuanto mayor sea la velocidad a la que debe funcionar un chip, más difícil y caro será fabricarlo; por ello, el micro funciona a una velocidad que es un múltiplo de la de la placa base, de forma que los otros componentes (el chipset de la placa base, la memoria, las tarjetas de expansión...) pueden mantener un precio mucho más ajustado y utilizarse con muchos micros distintos, con sólo ajustar esos multiplicadores.

Por tanto, el micro funciona a dos velocidades, una interna y otra externa o de comunicación con la placa base (la del llamado bus de sistema, externo, de memoria, o "FSB" en Pentium II-III y similares). Así, mientras la placa base funciona por ejemplo a 66 MHz, el micro funcionará a 200 MHz mediante el uso de un multiplicador 3x, o a 233 MHz mediante un 3,5x.

 


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